Así comienza nuestra aventura en esta asignatura: estableciendo los roles que cada miembro del grupo desempeñará en éste. Pero, ¿por qué es importante establecer roles? ¿Y cómo se reparten?
Para responder a estas preguntas leímos un artículo sobre el trabajo en equipo: qué roles existen, qué objetivos tiene cada rol, qué funciones desempeña… (He aquí el artículo http://www.lindacastaneda.com/mushware/rolesenclase/) Tras la lectura del documento, cada componente del grupo realizó una especie de entrevista en la que expresábamos qué intereses, metas, ideas, etc. teníamos referentes al trabajo grupal: Quiero, necesito, espero, no puedo, tengo miedo… Al principio, no entendí muy bien el objeto de este cuestionario pero, realmente, fue de los más útil y eficaz para repartirnos los roles ya que cada una de nosotras dejó claras cuáles eran sus cualidades, sus dificultades o sus ideas para hacer de nuestro trabajo en grupo algo genial.
Tras todo este proceso, decidimos qué rol tendría cada una según sus respuestas al cuestionario y creo que todas tuvimos claro qué papel tendría cada una. Mi rol corresponde con el de la estrella y creo que encaja completamente con mi personalidad: me gusta liderar, ayudar y controlar que haya buen ambiente de trabajo, ser portavoz de las ideas de mis compañeras, compartir con el resto de compañeros nuestra visión, debatir con ellos… En definitiva, estoy contenta con mi papel en el grupo.
Ahora, después de leer el documento, haber establecido nuestros roles y haberle dado un poco de rodaje ya al papel que cada una tiene, puedo responder a las dos cuestiones con las que empezaba esta entrada:
¿Qué importancia tiene establecer roles? ¿Cómo se reparten?
Que cada miembro de un equipo tenga un papel aumenta la eficiencia y la seguridad de cada uno al desarrollar su parte del trabajo. Es vital que cada uno desarrolle un rol con el que se encuentre seguro, en el que sienta que su intervención será productiva y eficaz: no es lo mismo que alguien a quien le da pánico hablar en público tenga el rol de portavoz a que lo desempeñe alguien que se siente seguro y cómodo haciéndolo. Por otro lado, es eficiente en el sentido de que cada uno sabe qué tiene que hacer, cuándo lo tiene que hacer y cómo lo tiene que hacer, es decir, el trabajo se organiza de manera de cada uno tiene claras sus funciones y de forma que cada uno dentro de su función tiene la libertad de trabajar cómo crea más oportuno (siempre dentro de unos límites).
Por último, como ya he adelantado antes, es importante que el reparto de roles se haga en base a las cualidades de cada miembro. Por eso, el método que hemos usado de entrevistarnos me parece eficiente; nos permite conocer qué intereses tiene cada uno en la tarea.
PD: Por lo que Lola nos ha comentado, creo que iremos enfocando todo esto de los roles a la educación: dirección, profesorado, alumnado… así que, ya iré contando por aquí cómo se van dando las cosas.
Diario de una futura maestra 